Últimos detalles para el estreno absoluto de ‘Negrín, la ópera’

Esta producción del Teatro Pérez Galdós y 2020 Producciones se representará los días 6, 7 y 8 de noviembre a las 20:00 h. Los últimos ensayos de ‘Negrín, la ópera’ apuntan a un estreno cargado de memoria y emoción

‘Negrín, la ópera’ está a punto de ser presentada al público. En estos últimos días, la producción de 2020 Producciones y Teatro Pérez Galdós que convierte la memoria de Juan Negrín en música, emoción y ópera, perfila sus últimos flecos para el estreno absoluto que se producirá los días 6, 7 y 8 de noviembre.

Dentro del murmullo del ensayo general, entre calentamientos de voces e instrucciones del equipo técnico, la atmósfera refleja liturgia, la del respeto al género y a las ganas de mostrar una historia inédita hasta el momento. 

El Teatro Pérez Galdós y 2020 Producciones dan forma a una propuesta que une música, palabra e historia en torno a una figura esencial y, al mismo tiempo, profundamente desconocida por muchos, la de Juan Negrín: médico, científico y último presidente del Gobierno de la II República Española. Pero sobre el escenario no se le evoca como personaje meramente político, en ‘Negrín, la ópera’ se conoce a un hombre con sus dudas, anhelos y pasiones.

Bajo la batuta de Gonzalo Díaz Yerro, compositor y director musical, la Orquesta Inegale afina la partitura entre acordes. Sobre el escenario, Israel Reyes, director escénico, ajusta la posición de los actores, mide silencios y mira al fondo como si pudiera anticipar la emoción del estreno. A pocos metros, José Guadalupe, director artístico, observa el conjunto con esa mezcla de tensión y orgullo que precede a toda gran primera vez. Entre ellos, la ópera respira: el científico se convierte en hombre, y la historia, en música.

Durante este último ensayo, el barítono Fernando Campero se vuelve a convertir en ese Negrín envejecido y lúcido, atrapado en el exilio pero con la dulzura de poder contarle su historia a sus nietos. A su lado, Blanca Valido encarna a Feli, compañera vital y refugio del Negrín más humano. Los nietos, interpretados por Carol Sosa y Mario Méndez, son la mirada inocente desde la que se reconstruye la historia. Además, en el interior de la caja un figura silenciosa pero de gran presencia escénica calienta sus movimientos, Selam Zapater, bailarina que interpreta a una casi etérea España, acompañando con coreografía a la historia, un símbolo de patria, en ocasiones herida, pero viva.

Hitler, Franco y Stalin aparecen también sobre el escenario, encarnados por Manuel Gómez Ruíz, Víctor Ramírez Acosta y Héctor de Armas, como sombras que cruzan la historia y conciencia del exiliado. En esta ópera el coro Súbito Koral, dirigido por José Eugenio Guerra Aguiar, completa un conjunto que canta al unísono, mientras el pianista Nauzet Mederos teje el hilo invisible entre memoria y música.

Detrás del telón, el diseño escenográfico de Carlos Brayda levanta una pared que refleja no uno, sino muchos lugares, reforzado por la iluminación de Ibán Negrín, las proyecciones de Jorge Ricarte y el vestuario de Lucas Balboa. Cada elemento parece dialogar con los otros, mientras los últimos retoques se suceden con la precisión de un ritual.

Al acabar este último ensayo canto y orquesta cesan para dar pie a un acalorado aplauso. Todo está listo para que cuando el telón caiga tras el estreno el día 6 el público abandone la sala sabiendo que a la salida no hablarán de política, sino de pérdida, ideales y memoria.

Más noticias