La música y la literatura toman el Teatro Pérez Galdós
Un nuevo proyecto de la Fundación Auditorio y Teatro de Las Palmas de Gran Canaria, que tendrá lugar de febrero a mayo y que acogerá los estrenos absolutos de las obras Gulag y Satie: Monólogo musical para dos pianos mudos. La Fura dels Baus y Divina Mysteria interpretarán una versión libre de la Bauernkantate (Cantata de los campesinos) BWV 212 de Bach, dentro del espectáculo Free Bach 212. Este ciclo contará con un abono que incluye los tres espectáculos, con un precio único de 55 euros, que se podrá adquirir en taquilla.
El Teatro Pérez Galdós acogerá los estrenos absolutos de Gulag y Satie: Monólogo musical para dos pianos mudos, obras que, junto al espectáculo Free Bach 212, se enmarcan en el ciclo Música y Literatura. Un proyecto de la Fundación Auditorio y Teatro, que nace con vocación de continuidad y que supone una decidida apuesta por la creación y producción cultural auspiciada desde la propia institución, otorgando protagonismo a los músicos y literatos isleños, sin descartar las grandes producciones nacionales e internacionales.
La primera cita de este ciclo tendrá lugar el 9 de febrero, a las 20:00 horas, con la representación de Gulag, obra que mezcla música y literatura en una velada que unirá a Shostakovich, Julian Barnes y Juan Mayorga. Los días 9 y 10 de marzo, a las 20:00 horas, La Fura dels Baus y Divina Myseria interpretarán una versión libre de la Bauernkantate (Cantata de los campesinos) BWV 212 de Bach, en el marco del espectáculo Free Bach 212. Y el 11 de mayo, a las 20:00 horas, será el estreno absoluto de la producción Satie, monólogo musical para dos pianos mudos, con la música del compositor Satie y la literatura del escritor grancanario Alexis Ravelo, bajo la dirección del lanzaroteño Quino Falero.
Este ciclo contará con un abono que incluye los tres espectáculos, con un precio único de 55 euros, que se podrá adquirir de lunes a viernes en la taquilla del Teatro Pérez Galdós, en horario de 10:00 a 15:00 horas, y en la taquilla del Auditorio Alfredo Kraus, en horario de 16:00 a 21:00. Las estradas para estos espectáculos, además de en taquilla, se pueden adquirir en las páginas web www.teatroperezgaldos.es, www.auditorioteatrolaspalmasgc.es y www.entradas.com y en el teléfono 902 488 488.
Gulag
El jueves 9 de febrero, a las 20:00 horas, el Teatro Pérez Galdós acogerá en el marco del ciclo Música y Literatura, el estreno absoluto de Gulag, a cargo de Teatro La República con coproducción de la Fundación Teatro Auditorio y la Orquesta Sinfónica de Las Palmas. Un texto de creación propia que triangula entre la música de Shostakovich y la literatura de Julian Barnes y Juan Mayorga, en una simbiosis perfecta entre cinco músicos y un actor, Miguel Ángel Maciel en el papel de Zhdanov, uno de los censores con los que Shostakovich tuvo que lidiar a lo largo de su vida; arropados por la danza y la tecnología.
También estarán en escena Juan Francisco Parra, al piano, quien interpretará al alter-ego de Shostakovich; además del violinista Rubén Sánchez, miembro habitual de Teatro La República; Néstor Henríquez, también al violín; Juan Pablo Alemán, al violonchelo; y José Rafael Alvarado, en la viola. Mientras que en algunos pasajes de la obra, la danza tomará vida con los bailarines Cristina Pérez del Pino y Heriberto Rodríguez.
La música central de Gulag será la interpretación íntegra del Quinteto con piano op. 57 en sol menor de Dimitri Shostakovich; y el compositor Manuel Bonino ha sido el encargado de la adaptación musical de algunos fragmentos de música de Shostakovich que complementarán el programa musical. Todo el entramado técnico estará dirigido por Txema Fernández.
Free Bach 212
Los días 9 y 10 de marzo, a las 20:00 horas, La Fura dels Baus y Divina Mysteria interpretarán una versión libre de la Bauernkantate (Cantata de los campesinos) BWV 212 de Bach, en el espectáculo Free Bach 212. Un convite atemporal en el que se dan cita lo burlesco, humorístico, la crítica social y la invitación a los placeres más mundanos que, en conjunto, amalgaman las diferentes disciplinas y estilos musicales en discursos aparentemente contrastados en un solo movimiento.
Johan Sebastian Bach y su cantata campesina BWV 212, estrenada en un castillo en el año 1742, se presentan como un arma exquisita para desmontar esta creencia. Esta última cantata conocida es, precisamente, un muestrario de posibilidades diversas que se conectan y construyen una fórum particularmente plural y efectivo. Con la utilización de canciones y danzas populares mezcladas con estructuras de corte noble e insinuadoras seducciones a los placeres carnales y alcohólicos, Bach nos extiende una mano que cruza 275 años para invitarnos a la mesa, con una cantata que termina en una taberna donde la cerveza es el brebaje unificador.
En su versión libre de este convite, La Fura dels Baus y Divina Mysteria atienden como comensales, reservando nuevas cruces interdisciplinares donde la música electrónica, la imagen multimedia, el flamenco y una poética contemporánea del espectáculo quieren resignificar al público actual. Un precepto atemporal e inherente a la Cantata de los campesinos BMW 212, con el que a buen seguro conmoverán y deleitarán a los asistentes, sin barreras ni limitaciones ante una escenificación moderna del Bach más reivindicativo, crítico y vanguardista.
La presencia de La Fura dels Baus en este ciclo coincide con la conmemoración del décimo aniversario desde su presencia en el Teatro Pérez Galdós en 2007 en el año de la reinauguración del edificio.
Satie: Monólogo musical para dos pianos mudos
El colofón al ciclo Música y Literatura en esta temporada lo pondrá el 11 de mayo, a las 20:00 horas, el estreno absoluto de Satie: Monólogo musical para dos pianos mudos. Una obra producida por la Fundación Auditorio y Teatro de Las Palmas de Gran Canaria, que aúna la música para piano del compositor Erik Satie y la literatura del escritor grancanario Alexis Ravelo, bajo la dirección del lanzaroteño Quino Falero y con el actor Alfonso Lara y el pianista canario José Luis Castillo. El vestuario y la escenografía corren a cargo del diseñador Claudio Martín.
**Texto de Alexis Ravelo**
En el año 1925, tras la muerte de Erik Satie, sus amigos penetraron en su casa de Arcueil, donde nadie —salvo él mismo y los perros que recogía de la calle— había entrado durante veintisiete años. Allí encontraron miles de páginas que recogían textos y partituras inéditos; su correspondencia con Suzanne Valadon —su única amante conocida— y el retrato que esta le había pintado en 1893; una amplia colección de dibujos de castillos medievales; un centenar de paraguas; siete trajes de la época en la que el compositor era apodado 'The Velvet Gentleman', todos idénticos, y, entre el polvo y las telarañas, dos pianos con las cajas llenas de papeles y cuyos pedales habían sido atados. La sorprendente conclusión es que Satie había compuesto durante décadas sin utilizar el piano.
Para el gran público, Satie debe su fama a sus Gymnopedies y sus Gnossienes, pero es mucho más que estas dos hipnóticas colecciones de piezas. Satie es uno de los más peculiares, carismáticos y fecundos compositores de la modernidad y su obra es imprescindible a la hora de abordar la evolución desde el romanticismo a las vanguardias históricas. Su biografía, no menos singular, es claro ejemplo de las corrientes y contradicciones que caracterizan el paso de lo decimonónico a lo contemporáneo. Profeta del absurdo y del minimalismo, fue un adelantado a su tiempo que, como él mismo escribió, nació muy joven en un mundo muy viejo. A lo largo de su vida fue sucesivamente antiwagneriano, modernista, medievalista, orientalista, clasicista, surrealista y dadaísta. Y, paralelamente, cristiano, rosacruz, agnóstico, ateo, socialista, radical-socialista y comunista. Fue amigo de Stravinsky, de Picasso, de Cocteau y de la princesa de Polignac, pero también llevaba cada jueves de excursión a los niños de las escuelas de Arcueil. Con lúcida ironía, con mordacidad lúdica, se internó en todos los caminos y en todos descubrió senderos inéditos. Compuso canciones de cabaré y misas para una religión que él mismo había fundado; ballets instantaneístas y música para perros; piezas especialmente pensadas para los niños y música de mobiliario —compuesta para no ser escuchada—; una obra de casi veinticuatro horas de duración y la primera partitura escrita expresamente para el cine; descripciones automáticas y una adaptación musical de los Diálogos de Platón. Pero, al mismo tiempo, alternó su actividad musical con la literaria, pariendo multitud de breves textos en los que brilla su singular ingenio.
Asimismo, se vio involucrado en arduas polémicas: Saint-Saëns, Debussy, Ravel, el célebre crítico de la época Willy, Breton —a quien se enfrentó en defensa de Tristan Tzara durante la confrontación entre surrealismo y dadaísmo— son solo algunos de los nombres relacionados con este aspecto de su biografía.
En lo personal, no obstante, la de Satie es una historia de soledad y pobreza, de triunfos estéticos y fracasos sociales, de tiernas amistades y traiciones inesperadas, de contradicciones inexplicables y obsesiva búsqueda de la belleza y la verdad a través de nuevos territorios estéticos. A esa figura, contradictoria, magnética y genial es a la que se acerca Satie: Monólogo musical para dos pianos mudos, espectáculo teatral que encuentra a Satie en su último invierno, en la soledad de su casa de Arcueil, enfrentado a sí mismo, intentando hallar el sentido último de toda una vida marcada por el talento y la incomprensión.
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